En 1994, tres cineastas trataron de grabar un documental en el bosque de Black Hills acerca de la bruja de Blair. Veinte años más tarde, unos estudiantes decidieron seguir sus pasos para descubrir qué ocurrió aquella noche. Nadie volvió para contarlo.
Desde entonces, la entrada al bosque está prohibida, pero es hora de enviar a nuevos investigadores. Para sobrevivir, solo hay que seguir una regla: no mirar a la bruja a los ojos. Cualquiera que lo haga perecerá.
En 1994, tres cineastas trataron de grabar un documental en el bosque de Black Hills acerca de la bruja de Blair. Veinte años más tarde, unos estudiantes decidieron seguir sus pasos para descubrir qué ocurrió aquella noche. Nadie volvió para contarlo.
Desde entonces, la entrada al bosque está prohibida, pero es hora de enviar a nuevos investigadores. Para sobrevivir, solo hay que seguir una regla: no mirar a la bruja a los ojos. Cualquiera que lo haga perecerá.
Tiempo atrás, llegó a Zugarramurdi una misteriosa mujer que huía de la quema de brujas. Fue a parar a estas cuevas, donde pronto formó akelarres de desalmadas que bailaban desnudas a la luz del fuego.
Renunciaron a Dios y extendieron el caos por doquier. Muchas fueron ejecutadas; algunas, perdonadas. Pero de aquella forastera pagana nunca se supo nada más.
En la actualidad, las cuevas son un atractivo turístico. En un mundo cada vez más frívolo, pocos creen en aquello que no es tangible.
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